Han sido 8 largos años los que los espectadores hemos pasado pegados a una pantalla debido a uno de los fenómenos fans televisivos más importantes de todos los tiempos. Si creíamos que la serie «Lost» había sido una locura mundial, nunca nadie jamás se hubiera imaginado que algo como lo que os traigo hoy podría llegar a existir en algún momento. Y es que GOT, o lo que es igual, Juego de Tronos, empezó de forma aparentemente sigilosa, con miles de «fans» ya adoctrinados que se aglutinaban en las liberías queriendo comprar todos y cada uno de los libros. Algún «santo varón» vió el tirón que la historia de los 7 reinos podía tener y se lanzaron a poner en televisión la historia con la que muchos lectores llevaban soñando años.
¿Qué supuso para los espectadores?
Juego de tronos, Game of Thrones o simplemente GOT. Daba igual la terminología para denominarlo, el idioma en el que lo vieras y la zona horaria en la que estuvieras. La serie reunió desde el principio un aguerrido séquito de seguidores, que con el paso de los años organizaron su vida en torno al estreno de sus tan ansiadas Temporadas.
Los vídeos en Youtube reaccionando a escenas claves, se hacían virales en horas y si había gente que no aguantaba despierta al estreno del nuevo capítulo, éstos apagaban sus teléfonos hasta que su horario de vida le permitiera verlo. La vida y rutina diaria se veía modificada con el simple y llano objetivo de evitar un «spoiler».
Y tras 8 años de guerras, traiciones, incesto, putas, alcohol, sangre, hijos bastardos, muros de hielo, fuego, dragones, Dothrakis buenorros, el señor de la noche y resurrecciones divinas, entre otras decenas de cosas más, la serie llegó a su absoluto y tremendo fin. Y digo tremendo porque lo que GOT había conseguido a base de esfuerzo, una buena producción, excelente guión e increíbles actores, lo echó absolutamente a perder en el último y más esperado Capítulo de la Octava Temporada. (Si queréis ver una reacción digna de ver clica AQUÍ)
No puedo ni quiero decir más. Mi decepción y tristeza es tal que creo que no podré superarlo. Quizás la solución es volver a ver «Lost» por decimo novena vez.
PD: tengo otro blog-ito merodeando por la red donde también hablo de Juego de Tronos. ¿Queréis verlo? ¡Adelante!
lonelypassport 